El Sión cristiano desde los Cruzados hasta la llegada de los Franciscanos
Al llegar a Jerusalén los cruzados encontraron el area de Sión
en ruinas, a excepción del edificio de dos plantas que era la capilla del Cenáculo.
Allí mismo Raimundo de Toulouse instaló el campamento con el fin de proteger
el lugar del ataque de los enemigos y el Patriarca Dagoberto vivió por algún
tiempo hasta la coronación de Baldovino I.
La “Sala Alta” medieval de Sión
En la capilla inferior, también llamada Galilea, se
recordaba el Lavatorio de los pies y la Aparición de Cristo Resucitado a los
Apóstoles. La Basílica estaba regida por los Canónigos Regulares de san
Agustín.
Es interesante notar que durante el período cruzado ningún peregrino
recuerda la tumba de David. Solamente en el 1167 Rabbi Abraham de Jerusalén
contó a Benjamín de Tudela que 16 años antes, después de caerse un muro,
se descubrieron ricas tumbas que podían ser de David y Salomón. El Patriarca
Latino hubo de llamar a Rabbi Abranham de Constantinopla para que examinase a
los dos testigos que habían descubierto las tumbas. Pero estos habiendo huido
del lugar, se negaron a retornar y el Patriarca decidió reconstruir de nuevo
el muro que había caído. Esta historia pone sus raíces en la leyenda
contada por Flavio Josefo a propósito del Rey Herodes: “Todavía deseaba
hacer una investigación más profunda y llegar al fondo del asunto, hasta
encontrar los mismos cuerpos de David y de Salomón, cuando dos de sus
soldados murieron por un fuego que quemó a los que iban a entrar, según
aquello que ha sido contado” (Antigu. XVI 7,1).
De esto se deduce que la población local continuó a transmitir la leyenda
relativa a la Tumba de David. Cuando Saladino tomó Jerusalén en el 1187, la
basílica de Sión fue una de las pocas que no fue destruida o convertida en
mezquita. Fue confiada a la cura pastoral del clero local Sirio. Durante este
período los peregrinos occidentales podían visitar el Cenáculo y celebrar
la santa Misa. En el 1192 la basílica y el monasterio aparecen rodeados por
un muro, pero en el 1219 por orden de Melk el-Muazzen el edificio fue
parcialmente demolido y a continuación destruido por Kwarismiani 1244. El
peregrino griego Perdicca en el 1260 recuerda la Tumba de David en la parte
baja. En el 1294 el dominico Ricoldo de Monte Croce describe el edificio en
ruinas y transformado parcialmente en mezquita.
Para entender lo que dicen los peregrinos a partir de este momento en adelante
es necesario recordar que el nombre de Cenáculo estaba reservado a la parte
oeste de la capilla restante, en la que se recordaba la institución de la
Eucaristía. Parece que mientras todo el resto de la basílica de Sión estaba
en ruinas, sólo esta parte permanecía en pie y así es mencionada por los
peregrinos. Muchos peregrinos en el primer cuarto del siglo XIV describen el
Santuario y todos se refieren al mismo lugar.