PRESENTACIÓN DE BELÉN

  
En árabe Beit-Lahm, a 777 ms. sobre el nivel del mar, 1267 sobre el Mar Muerto, está colocada con sus casas de piedra rosácea, sobre dos colinas del sistema montañoso de la Judea, cuyas vertientes, con alturas y terrazas, están cubiertas de viñas, higueras, almendros, granados y olivos.

Sus habitantes se dedican, además de la agricultura y el pastoreo, al trabajo de objetos de piedra y la industria de la madreperla (nácar), introducida por los franciscanos en el s. XVI. Es proverbial la arrogancia de los betlemitas; las mujeres llevan un gracioso vestido que consiste en una bata azul o negra, corsé rojo, adornado de arabescos y flores y velo blanco que desciende hasta la cintura fijado en la cabeza por un sujetador especial .

La asistencia religiosa y social es obra de las Casas Religiosas y de los Centros de beneficencia europeos que abundan en el lugar. Entre las Congregaciones masculinas están: los Hermanos de las Escuelas Cristianas (Frères), los Padres de Betharam y los Padres Salesianos, con orfanato y Escuela de Arte y Oficios. Entre las femeninas: las Hermanas de la Aparición de S. José; las Carmelitas; las Salesianas; las Franciscanas Misioneras de Maria; las Franciscanas del Inmaculado Corazón de María; las Hermanas de Ntra. Sra. de los Apóstoles; las Hermanitas de Carlos de Foucauld; las Hermanas Franciscanas Mínimas, que atienden, a la cocina y Convento de Belén; las Hermanas Dominicas (Sirios católicos); las Religiosas de Sta. Maria Hortus Conclusus (Asilo de ancianos); Hermanas Terciarias Franciscanas Isabelinas (Caritas Baby Hospital); Doroteas (Epheta-sordomudos), Benedictinas del Emmanuel; Hermanas del Rosario; Hermanas de la Caridad (Hospital Francés); Teresianas (Biblioteca Pontificia).

En la actualidad Belén cuenta con una Universidad.
Pero, sobre todo se desenvuelve una intensa actividad con gran eficacia por los Padres Franciscanos de la Custodia de Tierra Santa, que también en Belén han echado raíces y energías siempre nuevas desde el s. XIV a través de la Parroquia y sus organizaciones caritativo-sociales, el ministerio, el servicio diario al Santuario y a la Sta. Gruta, la obra de educación y de instrucción dedicada a los jóvenes en las escuelas Elementales y en el Colegio de Tierra Santa, la acogida ofrecida a los peregrinos en la "Casanova".

                                                              Mosaico Constantiniano, suelo Basílica de la Natividad en Belén

 Noticias Históricas
Empezamos con S. Jerónimo llegado aquí el año 384 y poco después, el 386 la nobilísima matrona romana Paula, de la familia de los Escipiones, con su hija Eustoquio y otras numerosas vírgenes romanas. Desde que en 330 Constantino restituyó el lugar al culto cristiano, llego a ser un centro de vida monástica. Sta. Paula erigió dos monasterios: uno para S. Jerónimo y sus seguidores y el otro para si y las compañeras, que parece estaba en la actual Gruta de la Leche, y un gran hospicio para los peregrinos que llegaban de todas partes del mundo, sobre todo, de Roma y de toda Italia. En la capilla que lleva su nombre se dedicó el santo durante muchos años a continuar la obra grandiosa, iniciada en Roma, de la traducción de la Biblia y de la revisión de los libros, traducidos anteriormente, dándonos axial el texto que todavía hoy está en uso en la Iglesia Latina, bajo el nombre de "Vulgata", aunque se usen las traducciones hechas de ella en diversas lenguas vernáculas.

Aquí también se recuerda a S. Eusebio de Cremona.
Durante la revuelta de los Samaritanos (521-530), la ciudad, mal defendida, fue saqueada; pero Justiniano, la rodeó de nuevas murallas y construyó otras iglesias y monasterios. El año 600 los peregrinos la llamaron "locus splendidissimus ".

Librada de la invasión persa (614), como de la árabe (638), fue destruida, sin embargo, por los musulmanes al acercarse los Cruzados. Ocupada en 1099 por los cristianos, fue reconstruida con un gran castillo de defensa. De nuevo sus muros fueron derribados por los Carismitas en 1244 y en 1263.

Como hemos indicado, los Franciscanos se establecieron en el s. XIV (1347), y Fr. Nicolás de Poggibonsi refiere que la ciudad estaba en ruinas. Juan Zuallardo escribía que de Belén ya no quedaba ningún vestigio: "quizá algunas casitas donde habitan ciertos pobres moros viviendo de lo poco que sacan trabajando y matando a los peregrinos, entre los que hay algunos cristianos los cuales casi todos hablan un poco de italiano, que ellos llaman "Francos".

En 1831 los cristianos expulsaron a los musulmanes, cuyo barrio fue destruido después de una revuelta en 1834 por orden de Ibrahim Bajá. Desde aquel tiempo Belén comenzó a florecer con población casi enteramente cristiana. Pero, con motivo del establecimiento del nuevo Estado de Israel, de nuevo se han refugiado los musulmanes en ella, llegando ahora a superar la población musulmana a la cristiana. Hoy día la población de Belén supera los 40.000 habitantes.

NB: Estas páginas y las siguientes están tomadas de la obra del P. Agripino Cabezón, ofm : Belén, (2ª ed. Jerusalén, 1991). Para profundizar remitimos a su obra.