SOBRE BELÉN
  
Después de los evangelios, el testimonio más antiguo del nacimiento de Jesús (hacia la mitad del siglo II) es el del filósofo y mártir Justino, originario de Flavia Neapolis, actual Nablus, en Palestina: "Al momento del nacimiento del niño en Belén, José se detuvo en una gruta próxima al poblado, porque no había donde alojarse en aquel lugar, y, mientras se encontraban allí, María dio a luz a Cristo y lo puso en un pesebre, donde los magos venidos de Arabia lo encontraron". En particular, la mención de la gruta como habitación de fortuna, viene reconocida como un eco de la viva tradición local. Atestiguada también en el antiquísimo apócrifo llamado Protoevangelio de Santiago (s. II ), repetida por Orígenes (s. III) y a la base de toda la historia sucesiva del santuario belenense. Esta misma gruta fue circundada por las magníficas construcciones del emperador Constantino y de su madre Elena no mucho después del 325 d. C., como nos lo narra el historiador Eusebio de Cesarea, contemporáneo de los hechos. En el 386, san Jerónimo se estableció cerca de la basílica, con la noble matrona romana Paola y otros seguidores, viviendo una vida monástica, dedicándose al estudio de la Biblia y produciendo su célebre versión latina (Vulgata), que llegó a ser después oficial en la Iglesia de Occidente. Su sepulcro, así como el de sus compañeros y compañeras, fue excavado en las inmediatas cercanías de la gruta misma.
  
La basílica del s. IV fue sustituida en el s. VI por otra de dimensiones mayores, que es la que hasta hoy se encuentra en pie. En época cruzada ( s. XII) las paredes fueron embellecidas con preciosos mosaicos desde los cimientos incrustados de oro y de madreperla, de los cuales permanecen amplios fragmentos con escenas del Nuevo Testamento (en el pasillo, con inscripciones latinas) y la representación simbólica de concilios ecuménicos (en la nave, con inscripciones griegas). Sobre las columnas de la nave, en una fila de medallones, están representados los antepasados de Jesús (con expresiones latinas). Uno de los ángeles adorantes de la pared izquierda tiene al pie una inscripción (en latín y en siríaco) con el nombre del artista, el pintor Basilio. Excavaciones hechas en los años 1934-35 ( por el gobierno mandatario inglés) han sacado a la luz considerables avances de los mosaicos del pavimento de la basílica constantiniana, algunos de los cuales son visibles tanto en la nave como en el pasillo de la basílica.
  
Los franciscanos, que habitan en Belén desde el 1347. Poseen a un lado de la basílica de la Natividad el propio convento y una iglesia ( dedicada a la santa mártir Catalina) que sirve principalmente para las necesidades de la comunidad cristiana católica local de rito latino; desde esta iglesia se desciende a las grutas de S. Jerónimo.

CAMPO Y GRUTA DE LOS PASTORES
  
Un antiguo peregrino anónimo, citado por el monje benedictino Pedro Diácono (s. XII), nos habla de los recuerdos sagrados presentes en los alrededores de Belén: "No lejos de allí hay una iglesia llamada de los Pastores, donde hay un grande jardín y todo está cuidadosamente cerrado por un muro: y hay en aquel lugar una gruta muy iluminada, que tiene un altar allí donde un ángel, aparecido a los pastores vigilantes, anunció el nacimiento de Cristo". También san Jerónimo (a fines del s. IV) menciona varias veces este lugar, asociándolo a la bíblica Migdal.Eder (Torre de Eder o del rebaño) y la iglesia de Jerusalén allí celebraba una fiesta en la vigilia de Navidad. El obispo Arcufo (s. VII) recuerda la presencia de los sepulcros de los tres pastores de la iglesia. Antes de la llegada de los cruzados la iglesia fue destruida pero, no obstante esto, las ruinas continuaron siendo visitadas por los peregrinos.
  
Tradicionalmente el lugar era indicado en Deir er-Ra`wat, sobre el margen meridional de la llanura que está por debajo de Belén, donde existen notables ruinas de un antiguo edificio sagrado. La iglesia inferior a cripta, casi íntegra, sirvió también de iglesia parroquial para los griegos ortodoxos hasta el 1955. En el 1972 se procedió a la excavación (bajo el cuidado de V. Tzaferis) y a la restauración del monumento; una iglesia moderna adosada a la antigua.
  
La localización tradicional fue puesta en cuestión por los descubrimientos de C. Guarmani (1859) y, sucesivamente, por las excavaciones del p. Virgilio Corbo (1951-52) en Siyar el-Ghanam, sobre un promontorio situado a una cierta distancia del lugar precedente. Allí fueron encontrados los restos de un asentamiento agrícola que se remonta al s. I d. C. (con prensas para el aceite, grutas y columbario) y de un monasterio bizantino (iglesia, patios, cisternas, panadería, ambientes enmasillados) florecido entre el s. IV y VIII d. C. El nuevo santuario, dedicado a los SS. Ángeles, se hizo construir por parte de la Custodia de Tierra Santa en el 1954 (arq. A. Barluzzi).

Eugenio Alliata ofm

LA TUMBA DE RAQUEL

Pegando a la carretera, en el margen izquierdo, saliendo de Belén hacia Jerusalén se encuentra la Tumba de Raquel.