Lado occidental del lago  Tiberiades.   Magdala y llanura costera y monte Arbel

MAGDALA. Saliendo de Tiberias hacia el norte, por la carretera 90 dirección Rosh Pina, se bordea el lago hasta llegar a lo que fue la antigua Magdala (Tariquea), en la punta sur de la llanura de Ginosar, a 2 km. de Tiberias. Tan pronto se da vista a la llanura, pueden verse, a la derecha, entre la carretera y el mar, unas pequeñas ruinas romanas excavadas por los Franciscanos desde 1971 dentro de una propiedad cercada perteneciente a la Custodia de Tierra Santa. Son algunos restos de la patria de María Magdalena. Es muy poco lo que queda de Magdala y, sin embargo, fue una ciudad importante durante el período romano, y muy conocida por su industria pesquera.

Magdala significa «torre» y es, probablemente, una corrupción de Migdal'El («la Torre de Dios»). Otros escritores romanos prefieren darle el nombre griego Tariquea, que significa «pesca salada». a causa de su floreciente industria de salazón. Fue conquistada por Cassius en el año 52 a.C. Más tarde, Nerón se la cedió al rey Agripa. Al declararse la primera sublevación judía contra Roma se convirtió en refugio de los cabecillas de la insurrección, quienes, amparados por sus fortificaciones y la proximidad del lago, se atrevieron a ofrecer resistencia a las legiones romanas mandadas por el general Vespasiano. Fue sitiada y conquistada el año 66 d.C. En ese momento, el historiador Josefo, presente en el asedio, la calcula cuarenta mil habitantes. Y el mismo historiador es quien nos dice que poseía una gran flota pesquera, equipada también para la guerra.

El peregrino Teodosio (530) es el primero que nos da noticias de que era un lugar visitado desde antiguo en recuerdo de María Magdalena: «Donde nació María». El monje Epifanio (s. IX) señala la casa de María Magdalena en Magdala, donde la curó el Señor. Y el anónimo autor de la Vida de Sta. Elena y Constantino (ss. X-XI) escribe cómo Santa Elena, habiendo dejado Heptapegon, se dirigió a Magdala «donde encontró la casa de María Magdalena, y levantó allí un templo». A partir de esta época los testimonios de peregrinos son numerosos. Pero en 1626, uno de ellos lo encontró ya todo en ruinas.


Según los resultados de la investigación arqueológica, la ciudad de Magdala tuvo una existencia relativamente corta; es decir, desde el
s. II a.C. al período Bizantino. De entre los restos hallados pueden destacarse. una torre cisterna de finales del s. I d.C ; un corto tramo de calzada romana [2j, quizá el Cardo Máximo de la ciudad. que pudo coincidir con la «Vía Maris»; y un pequeño edificio rectangular ion columnas en el interior en tres de sus cuatro lados, identificada como una probable sinagoga del s.I d.C. . A1 sur de la propiedad franciscana, los restos de un monasterio bizantino fueron barridos hasta los cimientos, no hace muchos años, por un buldozer.

El  nombre Magdala aparece asociado catorce veces en el evangelio 11 nombre de María (María de Magdala), «de la que habían salido siete  demonios» (Lc 8,2). Pero una vez convertida, fue tal su fidelidad al Maestro que vino a ser una de las figuras más destacadas de la comunidad cristiana primitiva. Fue testigo de la crucifixión y muerte de Jesús. También fue la primera según nos relata el Evangelio en verlo resucitado (Mc 16,9; Jn 20, 11-18). A ella le hizo Jesús portadora del mensaje pascual: «Ve a mis hermanos y diles: Subo a mi Padre y vuestro Padre, a mi Dios y vuestro Dios» . Y María Magdalena «fue y dijo a los discípulos que había visto al Señor y que había dicho estas palabras» (Jn 20,17- 1 8).

La carretera se endereza ahora al recorrer de punta a punta la pequeña llanura de Guinosar. Está región es citada en el Evangelio con el nombre de Magadán (Mt 15.39) y Dalmanutá (Mc 8,10), donde Jesús se retiró después de la segunda multiplicación de los panes. Vale la pena, antes de empezar a recorrerla, dirigir la mirada hacia la izquierda y contemplar los acantilados del monte Arbel, con sus cuevas.

Por el norte del monte Arbel, está el camino que va desde Nazaret y Caná hasta el lago Tiberiades y Cafarnaún. Por él, Jesús pasó numerosas veces. Hay muchos restos de vida humana en esas cuevas en la  que Jesús probablemente estaría.  

Pasado el arroyo de Tzalmon, a la izquierda, está Migdal (Majdal, en árabe), instalación agrícola fundada en 1909 por una orden católica alemana. La malaria les obligó a abandonarla. Se volvería a reinstalar como granja privada en 1920. 

Prosiguiendo el camino, pronto se verá, a la derecha, el kibutz Ginnosar, fundado en 1937, que, además de su actividad agrícola, se dedica a la hostelería. En la orilla del lago perteneciente a este kibbutz se encontraron (1985) dos barcas del s. I a.C., una de las cuales está hoy en restauración. También se han encontrado aquí vestigios arqueológicos del período del Bronce.