La casa de Pedro es la más antigua Domus-ecclesia
Es Cafarnaún el lugar donde Jesús vivió y en el que los
Evangelios nos narran el mayor número de episodios de su vida.
Dejando a Nazaret Jesús vino a Cafarnaún (Mt 4,12-17; 9,1). Unido a Pedro paga
la tasa del Templo de Jerusalén (Mt 17,24-27). Aquí llamó a los primeros discípulos
(Mt 4,18-22; 9,9-13; Mc 1,16-20; 2,13-17; Lc 5,1-9; 5,27-32). Cura a un
endemoniado (Mc 1,21-28; Lc 4,31-37). Cura a la suegra de Pedro (Mt 8,14-15; Mc
1,29-31; Lc 4,38-39). Cura a un paralítico (Mt 9,2-8; Mc 2,1-12; Lc 5,18-26).
Cura al criado del Centurión (Mt 8,5-13; Lc 7,1-9; Jn 4,46-54).
En la Sinagoga de Cafarnaún en diversas ocasiones enseña y se declara El mismo
"pan bajado del cielo" (Jn 6,26-59). Probablemente también otros
episodios ocurrieron en Cafarnaún como el de la hemorroisa y la hija de Jairo
(Mc 5,21-43), la curación del hombre de la mano seca (Mc 3,1-6). La Madre de
Jesús estuvo también en Cafarnaún (Jn 2,12; Mc 3,21-31; Mt 12,46-50; Lc
8,19-21).
La actividad de Jesús se desenvuelve en las orillas del Lago, en la Sinagoga y
en la "casa de Pedro" y Andrés, su hermano" (Mc 1,29).
La casa de Pedro no fue sólo residencia de Jesús sino también lugar donde Jesús
impartía enseñanzas particulares a los suyos. Es, pues, esta casa la imagen de
la Iglesia. Marcos hace particularmente notar este sentido de Iglesia que tenía
la casa de Pedro. Habiendo ya proclamado las Parábolas y otras enseñanzas no
lejos de Cafarnaún, en Tabgha, en la casa de Pedro daba enseñanzas privadas:
"A vosotros os ha sido confiado el misterio del Reino de Dios; a los de
fuera se les ha explicado todo en parábolas" (Mc 4,11). Se declaran
distintos los de fuera de los de dentro que permanecían sentados a los pies de
Jesús escuchando sus palabras. Son los muros de esta casa de Pedro, y la sala
misma principal de la casa que se vió venerada por la primera generación de
cristianos, la que fue trasformada en Iglesia, lugar de reunión y de culto.
El evangelista san Marcos nos describe en el capítulo tercero que Jesús estaba
hablando en la sala principal de la casa a los que le seguían. y que era tanta
la gente, que ocupaban no solo la sala, sino también los patios y la entrada de
la casa. En esto vienen de Nazaret su Madre y sus hermanos preocupados porque
decían de Jesús que estaba loco. Al saber Jesús que su Madre y sus hermanos
le buscaban dijo: aquellos que hacen la voluntad de mi Padre son mis hermanos,
hermanas y madre. Los miembros de la casa de Pedro, de su familia y los que a
ella se agregaban iban formando la nueva familia del Padre.
En el 1968 se reanudaron en Cafarnaún las excavaciones arqueológicas, en la
zona de la isla n. 1, llamada sagrada porque en ella está la casa de Pedro, y
existían los restos de una iglesia octogonal del siglo V que ya se había
descubierto el año 1921. Habiendo sido levantado el mosaico, fueron encontrados
tres estratos principales: En el primero se encontráron restos de casas
privadas construidas en el siglo II antes de Cristo y se vieron habitadas hasta
el siglo IV de nuestra era. En el segundo estrato, restos de la Domus-Ecclesia,
es decir, la adaptación de la casa para reuniones de culto; en el tercer
estrato: restos de la iglesia octogonal del siglo V.
No estaba la casa de Pedro lejos de las orillas del Lago. La calle principal
(‘Cardo maximus’) del N. a S. pasaba por delante de la casa. Era esta casa
de la misma forma que las otras: varias estancias se alargaban en torno a un
patio. Los arqueólogos examinaron con particular interés esta casa.
Encontraron diversos niveles sobrepuestos que datan de la época helenística.
Desde mediados del siglo II a. C. hasta mitad de siglo IV d. C. los niveles son
de tierra apisonada con mezcla de cerámica casera (fragmentos de jarras, tejas,
lámparas, platos). Sobre este estrato se ha observado algo excepcional: en una
superficie de 12 m.2, al lado N. E. de la sala venerada se vuelve a encontrar el
pavimento formado por seis niveles sobrepuestos.
Se han encontrado además fragmentos de revestimiento de color que adornaban la
sala. No se encuentra aquí cerámica casera. Se ha de advertir que en todo
Cafarnaún excavado es la sola sala con revestimiento en las paredes y en el
pavimento. Esto nos lleva a concluir que la casa de Pedro, la sala venerada ya
en la segunda mitad del siglo II era usada para reuniones de la Comunidad.
Sin interrupción en la ocupación de este lugar hasta fines del siglo IV se
efectuan grandes cambios. La zona entera de la isla sacra fue circundado por un
muro aislándola del resto de la ciudad en un perímetro de 112,25 m. Dos
puertas abiertas respectivamente en los ángulos Nordeste y Suroeste daban
acceso a la isla. Estos cambios llevaron a destruir algunas casas y establecer
como centro de la isla la venerada sala, la que también sufrió algunos
cambios. Fue puesto un nuevo pavimento y un nuevo techo, y en el interior fue
dividido el espacio en dos partes por medio de un arco en dirección Norte-Sur.
El muro del Norte fue también reconstruido mientras los otros tres
permanecieron intactos. Al lado oriental fue preparado un atrio rectangular. La
nueva disposición así como la construcción dividida en tres partes con un
atrio al este y teniendo como centro un punto al oeste en el muro dieron al
lugar un carácter típico de los edificios cultuales. Desde el punto de vista
arqueológico esta Domus-Ecclesia del siglo IV constituye un hallazgo
importante.
Un testimonio de la transformación de la casa de Pedro en Domus-Ecclesia nos
lo ofrece el texto atribuido a la peregrina Egeria que visitó Tierra Santa al
final del s. IV: "En Cafarnaún está la casa del Príncipe de los
Apostoles (Pedro) que fue trasformada en iglesia, aunque las paredes quedaron
las mismas". Las excavaciones arqueológicas han demostrado que esta
descripción era fiel. Los abundantes restos de revestimiento con grafitos
abundantes de peregrinos (en griego, arameo, siríaco, latín) en los que se
invoca al Señor Jesucristo y a Pedro o que reproducen invocaciones litúrgicas
y se adornan con cruces, confirman que el lugar era visitado y tenido en gran
veneración por los cristianos.
hacia la mitad del siglo V toda la isla sagrada se vió cubierta por una iglesia
octagonal que fue obra de los bizantinos. Se ha de notar que para perpetuar la
memoria de Pedro en su casa construyeron el octágono central sobre la sala
venerada.
El Anónimo de Piacenza pasando por Cafarnaún hacia el 560-570 recuerda esta
transformación: "Después llegamos a Cafarnaún a la casa de Pedro que
ahora se ha convertido en Basílica".
Siguieron después siglos de abandono y Cafarnaún dejó de poderse localizar.
El renacer de Cafarnaún se inició en este mismo siglo con la llegada de los
franciscanos de la Custodia de Tierra Santa al puesto en el año 1894.
El actual Memorial intenta conservar y proteger las veneradas ruinas del lugar
donde Pedro hospedó al Maestro de Nazaret. Ofrecer al mismo tiempo a los
peregrinos que visitan Cafarnaún la posibilidad de celebrar la Eucaristía
sobre la casa de san Pedro en la ciudad en la que Jesús dijo: "Yo soy el
pan bajado del cielo" (Jn 6,41).