Sobre la Esperanza.
Querida
María:
Tu hermana Blanca dice que la virtud
que más le gusta, voy a ir poniendo cosas desordenadas, pero que juntas hablan
de lo mismo, es la esperanza: yo esperaré siempre, me lo ha enseñado Jesús, hay
que tener en cuenta que la razón de nuestra esperanza esta fundada en
Jesucristo, que nos ha abierto el camino al cielo.
El 13 de mayo de 2000, en
Fátima, estábamos con mamá, Juan Pedro, Macarena Blanca, Gabriel y Cristian,
era el día de la beatificación de los pastorcitos, Juan Pablo II dijo lo
siguiente:
-“Si alguien
o alguna cosa te hace pensar que llegaste al final del camino, ¡no le creas! Si
tienes conocimiento del Amor que te creó, sabes también que, dentro de ti, hay
un alma inmortal.
Existen varias estaciones en la vida;
si por ventura sintieras llegar el invierno, quiero que sepas que no puede ser
la última estación, porque la última será la primavera; la primavera de la
resurrección.
¿Acaso olvida una mujer a
su hijo de pecho, sin compadecerse del hijo de sus entrañas? Pues aunque éstas
llegasen a olvidar, yo no te olvido. (Isaías 49,15). Son palabras que nos dice
Dios y que nunca deberíamos olvidar.
La esperanza arraiga como
la semilla en el campo, en el surco, en el surco del dolor, de nuestro dolor,
del dolor de Cristo en la cruz, redención, muerte y resurrección.”
-La esperanza y la oración están
entremezcladas; se reza porque hay esperanza y cuando tenemos esperanza rezamos.
-Sin Dios por la vida, es como viajar sin dirección, ni guía ni
esperanza. Ánimo, que el Señor está esperando.
-Los cristianos están llamados a
prepararse al Gran Jubileo del inicio del III milenio: renovando su esperanza
en la venida definitiva del Reino de Dios, preparando día a día en su corazón,
en la comunidad cristiana a la que pertenecen, en el contexto social donde
viven y también en la historia del mundo. (JP II)
-Yo te amo Señor, Tú eres mi
fortaleza, Señor, mi roca, mi alcázar, mi libertador; Dios mío, peña mía,
refugio mío, escudo mío, mi fuerza salvadora, mi baluarte (Sal 17/18, 2-3).
-Dios es el fundamento inquebrantable
sobre el que el hombre se apoya con todo su ser: mi suerte está en tus
manos(Sal 15/16, 5).
-Alma calma y, todo para la gloria de
Dios.
-Juzguemos los acontecimientos a la
luz del Evangelio: En esto estriba la sabiduría sobrenatural,(...), que permite
juzgar bien a la luz de las razones últimas, de la cosas eternas (JP II).
-Nunca me deberé de inquietar por la ineficacia
de mis acciones, esa falta de eficacia será suplida por los méritos de la
Iglesia y por la pasión de Cristo.
-El Señor es mi luz y mi salvación, ¿A
quien temeré? El Señor es la defensa de mi vida, ¿quién me hará temblar?
Una cosa pido al señor, eso buscaré: habitar en la
casa del Señor por los días de mi vida; gozar de la dulzura del Señor,
contemplando su templo: Espero gozar de la dicha del señor en el
país de la vida. Espera en el Señor, sé valiente, ten ánimo,
espera en el Señor. (Sal 26 1.4 13-14)
-¿Por qué nuestro refugio no es
siempre Él? ¿Hemos hecho la prueba?
-Nada te turbe, nada te
espante. Todo se pasa. Dios no se
muda.
La paciencia todo lo alcanza. Quien a
Dios tiene, nada le falta. Solo Dios
basta. (Sta. Teresa)
-Para los que aman a Dios, todo es para bien.
-Protégeme Dios mío que me refugio en
ti.
-Cuando echamos las preocupaciones
donde no se debe ... vamos mal, las preocupaciones hay que echarlas al Señor y
El nos las quita.
-¿Me encuentro inquieto por algún acontecimiento,
tanto si he tenido o no influencia en él? Deberé pensar: ¿afecta este hecho de manera importante a mi vida, a
la de los seres queridos, a la del mundo que nos rodea, al querer de Dios?
¿Entonces qué? Alma calma, adelante, confía en Dios. Ten una visión amplia de
los acontecimientos. Paz y sosiego.
-La certeza de nuestra vida es la que
nos diferencia a los cristianos católicos de los otros hombres.
-El cristiano es un peregrino entre
las persecuciones del mundo y los consuelos de Dios, anunciando la cruz del
señor hasta que venga.
-El sentido de nuestra vida es que
Dios está en ella.
-Todo lo pongo en tus manos, Señor.
-Qué expresión llena de confianza oí
decir a Lucila: “ Esperando a ver qué dice Dios. “
-Hijo de Dios, Dios me quiere. ¿Me doy
cuenta de lo que esto significa?
-Señor en tus manos abandono pasado,
presente y futuro.
-El Señor no se deja ganar en
generosidad.
-Tú solo no puedes, pero conmigo sí,
dice el Señor.
-La experiencia de la caída sirve a
Pedro para aprender que no puede poner su confianza en sus propias fuerzas ni
en cualquier otro factor humano, sino que ha de ponerlas únicamente en Dios.