Enamoramiento, sexo, noviazgo y matrimonio

Queridas niñas y jóvenes;  digo queridas niñas y jóvenes,  porque  estas palabras  estan dirigida fundamentalmente  a vosotras, pero tambien digo queridos jóvenes porque en alguna medida tambien os sirven  a  vosotros.

Todo ser humana quiere  la felicidad, busca la felicidad, y está inquieto hasta conseguirla, y cuando la consigue lo que pretende es mantenerla, la felicidad cuesta alcanzarla y sería una locura que,  una vez encontrada se echase por la borda, pon lo que uno, una vez conseguida, lo que  quiere es  protegerla a toda costa, aunque cueste lógicamente un cierto esfuerzo.

Enamoramiento

Yo quero hablar ahora solo de una parte de la felicidad, claro que es una parte importante, me estoy refiriendo al enamoramiento, a ese amor natural que surge normalmente entre un hombre y una mujer que al principio es una atracción natural,   pudiéndose convertirse  después en el verdadero amor.  La mayor parte de la gente es un afecto que a experimentado, afecto que brota del corazón, que uno en ocasiones casi ni controla, pues no sabe ni de donde sale, ni porque surge, y ni siquiera los motivos que lo dirigen, uno solo sabe que es un afecto especialísimo, que le desborda el corazón, que enrojece a la persona cuando se cruza con la persona de la que  siente amor, es un afecto indescriptible que no se puede explicar y menos transmitir a otra persona que  no lo  ha sentido nunca, es ese enamoramiento del que tantas canciones hablan;  que es el amor de su vida;  la luz de sus ojos;  que sin ese amor uno no puede vivir;  que sin ella o sin él, la vida no tendría sentido; que es el tesoro de su vida; la vida de su vida; que es trozo de su corazón; que por ser correspondido uno cogería la luna;  y cuantas cosas más. 

Lo que es cierto es que hablando a lo terreno, es la mayor experiencia de satisfacción sensible que el hombre puede tener, satisfacción sensible que se produce solo cuando la persona  de la cual estamos enamorados nos corresponde a ese  amor. La satisfacción sensible que experimentamos cuando nuestro amor es correspondido es indescriptible, para nosotros ya no hay otra cosa en la vida ni tan importante, ni tan valiosa,  y no hay nada que merezca la pena vivir sino es más que su amor. Solo su mirada nos embelesa, su presencia nos turba y hasta nuestro corazón parece que quiere salir de nuestro pecho.

Y que nos cuentan las canciones cuando el amor se pierde o no es correspondido;  se nos rompe el corazón; la vida entonces no merece la pena ser vivida; nos hundimos en la tristeza; es tanta la necesidad de ese nuestro amor que nos sentimos morir ante su ausencia;  nada tiene sentido entonces en la vida; que fatalidad, angustia y desesperación la nuestra; el desgarro que sentimos es terrible, es como si nos hubieran quitado parte de nosotrtos mismos.

Una persona ante ese amor lo que quiere en primer lugar es mantenerlo, cuidarlo, custodiarlo, es como, no un tesoro al que uno quiere guardar, sino el mejor tesono que se puede tener, sería una locura que  una vez que se ha   encontrado el tesoro de su vida, se despreciase, sería entoces  un imbecil o un loco . Encontrado el amor de sus amores jamás uno lo descuida, sino que lo custodia y guarda con un cariño sin igual.

Noviazgo

Cuando un hombre y una mujer sienten esa atracción que antes hemos descrito, decimos que empiezan un periodo especial, ellos parece que han descubierto su amor, pero además de sentir amor es preciso profundizar en el conocimeinto mutuo para ver si están en condiciones de vivir una vida en común. A ese periodo al que nos hemos referido se le suele llamar noviazgo. Suele ser un tiempo más o menos largo dependiente de las edades que se tenga y de otras circunstancias.

Ese es un periodo muy importante en la vida, pues antes de tomar la decisión del matrimonio, es preciso poder afirmar que esa persona es la que nos conviene para recorrer juntos el camino de la vida. Es tiempo para conocer los gustos, habilidades, ilusiones y defectos que se tenga, así como para saber si en los temas trascendentes de la vida se está de acuerdo. Es un periodo en el que se fomenta e incrementa el enamoramiento, y donde cada vez  se encuentra uno más a gusto con la persona que ama.

Sexo

El sexo no es algo malo, sino que es una realidad gozosa que a puesto Dios en el mundo para poder cumplir lo  que se recoge en el Génesis cuando dice Dios;  "Procread y multiplicaros, y henchid la tierra" (Ge 1.28). Si no hubiera placer en el acto sexual que lleva a la procreación hace mucho tiempo que la tierra estaría despoblada de seres humanos.

Es por eso que Dios en su inmensa sabiduría ha puesto placeres donde hay necesides humanas de supervivencia, tanto en la procreación como en la alimentación.

Este placer del sexo está dirigido a la procreación entre un hombre y una mujer dentro de la unión matrimonial.

Es en el matrimonio y precisamente entre un hombre y una mujer enamorados, cuando el placer sexual acompañado del sentimiento profundo del amor alcanza su máxima plenitud.

Matrimonio

Un hombre y un amujer enamorados, que han pasado la prueba del noviazgo felizmente, al decidirse por la unión matrimonial deben de saber con certeza que su unión es para toda la vida,  en la salud y en la enfermedad, en la abundancia y en la pobreza,  en la alegría y en las penas, y fieles el uno al otro todos los días de la vida.

Es posible que hasta ese momento su amor haya tenido mucho de egoista, no tenemos nada más que fijarnos en que casi siempre sale el "yo" o el "mi". Eres mi vida. Sin ti no puedo vivir. Quiero estar a tu lado siempre. Me haces muy feliz. No pienso más que en ti. etc. etc.

Es a partir de ahora y mejor si se ha empezado ya en el noviazgo, cuando uno tiene que empezar a pensar más en el otro, pues en el verdader amor uno tiene que entragarse sin esperar nada a cambio, uno lo que tiene que hacer es hacer feliz a la persona que ama, el amor debe empezar a ser más cerebral, más de entrega generosa, más desprendido de sus cosas y más pendiente del otro.

Es entonces cuando el enamoramiento,  el sexo y el amor generoso se complementan alcanzando altas cotas de felicidad. Hay que buscar esta situación a consta de sacrificios tanto en el noviazgo como en el matrimonio. Sin esfuerzo nada se consigue.

Pero la máxima felicidad en el matriminio es cuando uno es capaz de, olvidándose de si mismo se entrega generosamente  al otro, es entonces cuando se alcanza el amor auténtico. Amor además que irá creciendo, debe crecer, es posible crecer siempre. En esto nos jugamos la felicidad terrena.

Claro está que este tesoro tan maravilloso que hemos logrado, ese amor indescriptible, deseamos guardarlo para siempre, sería una locura descuidarlo, no protegerlo. Jamas se nos debe perder pues es lo que nos hace feliz.